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E-book Antología
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  • Formato: EPUB
  • Protección: Adobe DRM
  • Limitaciones: Imprimir: Prohibido / Copiar y Pegar: Prohibido / Compartir: Permitido según las limitaciones (6 Dispositivos)
  • Editorial: EUDEBA
  • Edición: 2016
  • Idioma: Español
  • Peso: 33
  • Encuadernación: EPUB
  • ISBN 9789502318172

Reseña de ANTOLOGÍA

La primera de las obras que ofrecemos en esta antología es el Ismaelillo (1882), quince poemas que abren el surco para el surgimiento de la nueva estética modernista. Su preocupación por la armonía de lo natural queda plasmada en los Versos sencillos (1891), nacidos en un contexto político muy especial. Escritos entre 1878 y 1882 pero publicados luego de su muerte, en los Versos libres –de los que en este volumen brindamos una selección– descubrimos al Martí más íntimo, más desgarrado. En el ensayo literario-político Nuestra América (1891) encontramos al pensador que se encarga de sistematizar una de sus preocupaciones centrales: la conformación de una ideología latinoamericana. Tal vez sea el Diario de Campaña la obra en donde se puede valorar más integralmente la personalidad de José Martí. Comenzó a escribirlo antes de desembarcar –para luchar por la independencia de su patria– en Playitas, provincia de Oriente, el 9 de abril de 1895; sus últimas líneas fueron redactadas dos días antes morir en Dos Ríos, el 19 de mayo de 1895.

Acerca del Autor José Martí

Nació en La Habana el 28 de enero de 1853. Su vida fue una auténtica lucha a favor de la libertad en Cuba y para Cuba. Desde su juventud fue simpatizante del levantamiento del 68, lo que le supuso al año siguiente su primer paso por la prisión por conspirador. En 1871 fue desterrado a España, donde aprovechó para estudiar Filosofía y Letras y Derecho. En 1875 comenzó un periplo de años de constantes viajes a México (donde se casa el 20 de diciembre con la camagüeyana Carmen Zayas Bazán), Guatemala (donde conoció a María García Granados, la famosa «Niña de Guatemala» de sus Versos sencillos) y Nueva York, tras el que regresó temporalmente a Cuba en 1878. Trabajó allí como profesor, pero sin abandonar su constante preocupación política. En 1880 se establece como periodista en Nueva York, donde comenzó a contactar con militares cubanos, como el general Calixto García, y donde entró a formar parte como presidente del Comité Revolucionario Cubano.