Reseña de INNOVACIONES EN TÉCNICA QUIRÚRGICA

El objetivo de este libro es difundir dos técnicas altamente innovadoras (una de ellas creación del autor y la otra reformada por él mismo con sus descubrimientos) asegurando el éxito de ambas conforme lo prueban los abundantes ejemplos que publica. Técnica Hemostática. Suturas transfictivas de los hilios prostáticos en adenomectomía. En toda cirugía abierta de la próstata es mejor ligar los vasos laterales donde están los hilios prostáticos (que son más caudalosos en cantidad de sangre) que ligar los vasos retropubianos conforme las técnicas de Gregoire y de Walsh y Osterling. Se trata de un procedimiento nuevo, implementado por el autor de este libro, nunca empleado por otro urólogo con anterioridad. Los urólogos de todo el mundo proceden ordinariamente a la extirpación de la próstata por vía retropubiana, efectuando suturas hemostáticas en estas incisiones de abordaje. Pero el creador de esta nueva técnica hemostática, mediante el estudio atento de los gráficos anatómicos de este órgano por una vista lateral, observó que, por esta vía, se podrían ligar mejor las arterias y venas en los hilios prostáticos, donde se encuentran los vasos más caudalosos en contenidos de sangre. De tal forma –ligando los vasos, arterias y venas en el hilio del órgano– es posible controlar el desgarramiento de arterias y venas prostáticas. No existe al presente un procedimiento mejor que este de ligar y realizar suturas tansfictivas en los hilios, donde las arterias son más gruesas y el sangrado es mayor que cuando se ligan arterias y venas en otros sitios (como, por ejemplo, en la región retropubiana, donde los vasos son de menor calibre que los vasos de los hilios). Técnica de autoinjerto de fascia lata en el tratamiento de la hernia inguinal directa. Con solo evitar el empleo de inmunosupresores se supera la técnica de recurrir a los implantes de Marlex y Mersileno si definitivamente trasplantamos autoinjerto de fascia lata. Pero es preciso obtener la previa aprobación del paciente afectado para que autorice el trasplante de su propia fascia lata del muslo a la ingle, para lo cual el cirujano tiene que emplear adecuadamente su poder de convicción mostrándole las ventajas de este método. De lo contrario, el afectado tendrá que recurrir inevitablemente a la adquisición, bastante costosa, de los implantes. Y se terminaría, además, con el desagradable espectáculo de los pacientes que andan deambulando por las salas de cirugía solicitando de favor un fragmento de la malla que hay –a veces, no siempre– disponible en dichos servicios. Es muy ventajoso utilizar esta técnica, que es de fácil práctica, porque se efectúa un trasplante del muslo del enfermo a la ingle afectada con hernia, y todo se realiza en el mismo acto quirúrgico. Es preciso difundir entre los cirujanos su utilización, porque a menudo carecen de instructivos que les muestren cómo operar exitosamente para extraer la fascia lata y trasplantarla a la ingle enferma. También resulta imperioso convencer a los profesionales que saben cómo extraer el implante, pero que temen –sin fundamento– que dicha extracción pueda dejar con secuelas al paciente, en particular las de tipo neurológico. Porque no existen tales secuelas, y tras un período posoperatorio de apenas 8 días, se encuentran sin problemas secundarios que los afecten para caminar. El presente volumen (traducido al inglés, portugués y francés) colecciona los más importantes trabajos publicados por el autor en diversos congresos y en revistas universitarias dedicadas a la especialidad.