Reseña de LA CASA DE LOS MUERTOS

Este canto de amor a nuestros muertos nos acosa gracias a la obstinación de un escritor que explora nuestras emociones. Este canto poético para actores y marionetas recupera la función del teatro: transformar lo real en lenguaje y, por añadidura, revelar, organizar y armonizar nuestra vida. Philippe Minyana sorprende al lector tanto por la organización estructural como por la naturaleza de sus personajes, así como por su juego verbal a menudo humorísticamente dislocado.