Reseña de ADIVINOS Y ORÁCULOS GRIEGOS

Este cautivante libro de Flacelière remite a una pregunta ineludible: ¿qué significa la perdurabilidad de las prácticas adivinatorias a través de milenios? Antropología; historia de las grandes culturas; arte y reflexión filosófica las señalan como una recurrente necesidad del espíritu humano que, en múltiples transfiguraciones, son aún reconocibles en la crisis del mundo contemporáneo. La cultura griega, con su extraordinario maridaje de honda religiosidad y audaz racionalismo, creó la voz de alabanza a la grandeza de Zeus, vencedor de las deidades del caos y de la muerte: nacieron las Musas. Solo faltó, entonces, que la voz de los dioses descendiera hasta los mortales. Grecia se pobló, así, de intérpretes sin carácter sacerdotal que con variados recursos -vuelo de pájaros, piromancia, etc.-respondieron a la inquietud de los hombres. Pueblo y Estado acudieron también a los grandes santuarios -Delfos, Delos, Epidauro- en donde la pitonisa en trance expresaba la voluntad del dios, que ha de ser acatada. Con la reprobación de Tales de Mileto o Diógenes, la aceptación de Heráclito o Sócrates, lo cierto parece ser, al decir de Nilsson, que "los oráculos ayudaron a la humanidad a encontrar su camino en esta tierra ante el porvenir desconocido y amenazante".